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Pau Aulí: dando vida al film Polvo Serán a través del vestuario

  1. En este proyecto musical, ¿cómo influyó tu colaboración con Peris Costumes en la creación del vestuario? ¿Hubo algún detalle o pieza específica del archivo de Peris que resultó clave para dar vida a los personajes?

Peris supone un acceso a un espacio mágico donde puedo encontrar todo tipo de piezas y reliquias del siglo XX y XXI, que para esta pel·lícula encajaban perfectamente. Al haber creado un imaginario tan ecléctico y variopinto como el de Polvo Serán, dediqué tiempo a ver muchas décadas que me inspiraban. Y Peris te permite investigar y estudiar los tejidos, colores y acabados in situ, y no a través de imágenes en libros o internet. Al tener todo tipo de piezas, es como un google de vestuario, por lo que cada vez que entro a Peris, me replanteo un porcentaje del moodboard que he creado previamente, ya que nunca sé de donde puedo sacar los elementos que necesito para crear la imagen que busco. 

Para Polvo Serán, el reto artístico era fusionar muchas influencias bajo una misma mirada. En la teoria, habia pensado en vestidos interiores de los años 20 y 30, piezas de punto de los 40. Pasamos por alto los años 50 -demasiado femenino, demasiado new look-, ya que buscabamos una figura más lánguida, que la ropa cayera, más vertical. También los años 60 nos interesaban, por su fantasía naif y sus estampados imposibles, los 70 aportaban descaro, y los 80 modernidad, y caña brava.

Y así fue. Para Claudia (el personaje de Angela Molina) seleccionamos muchos visos de algodón bordado de los años 20, y también de los años 40. Además de abrigos con fuerte personalidad, de esos años (60, 70, 80) en que cada ciudad tenia sus modistas de renombre que se inspiraban en las grandes tendencias de París y los hacían a medida para la clientela. Para su hija Violeta utilizamos más los 80. Una década un poco más oscura, más cerca del rock, y de la silueta power dressing. No por un tema de agresividad, si no para contemporanizarla.  Destaco, en general, todo el trabajo de complementos que hicimos. Bolsos muy personales, de plexiglás, terciopelo, o ganchillo, así como todos los zapatos de Ángela, que la mayoría eran de producciones de ópera.

  1. Tus diseños suelen transmitir una narrativa muy potente. ¿De dónde sueles tomar inspiración para tus creaciones? ¿Hay alguna época histórica o estilo que influya especialmente en tu trabajo?

Es muy importante al empezar un proyecto saber que empieza un juego y no tenerle miedo. Saber que te puedes equivocar. Pero es un trabajo donde hay que apostar. Y me siento cómodo haciéndolo con propuestas rotundas, incómodas o no preconcebidas. 

Los diseñadores que más me interesan son los conceptuales que llegaron en los años 90, como Miguel Adrover, Alexander McQueen, John Galliano. O los que dieron mucho espacio a la narrativa y dramaturgia en sus shows, como Margiela, Yves Saint Laurent, Schiapparelli, Yohji Yamamoto, o Jonathan Anderson.  Es cierto que pocas veces suelo tomar de referente la moda. Suelo visitar antes museos, exposiciones, arte de pie de calle, fotografia contemporánea, archivos y prensa en mercados de segunda mano…

Hace unos años pensaba que sí tenia predilección por ciertas tendencias,  formas o ideas, pero me estoy dando cuenta de que todo es relativo. Y que algo que puede no gustarte en absoluto para un contexto, te fascina en otro momento. Decia Miuccia Prada que antes de empezar cada colección, escogia un recurso que odiaba personalmente y que a partir de eso, ella intentaba hacer belleza. Una col·lección eran las rayas, otra el esparto, o la silueta baby doll… Me inspiró mucho esa la relativización e inocuidad del desagrado en sentido estético. 

  1. ¿Cuál ha sido el mayor desafío al que te has enfrentado en un proyecto, y cómo lo superaste?

Era una pelicula tan bonita como complicada. Era complejo a nivel conceptual -un musical ambientado en la actualidad, con cambios de contexto y realidad-, a nivel logístico -rodábamos en 3 paises diferentes en 6 semanas de rodaje- y a nivel de equipo -eramos poquitos y no todos viajábamos, si no que nos dividiamos por unidades-. Pero fue muy bonito, y todo lo compensó cuando pude ver la película por primera vez. Porque sentí que habia hecho algo muy especial para mi. Algo que desde niño, de un modo u otro, soñaba. 

Volviendo a la realidad, quiero destacar el equipo que tuve. Me ayudaron, me comprendieron y me siguieron con objetivos imposibles, como bordar a mano todos los cristales de los tocados de las calaveras, o hacer a mano las borlas y apliques de las capas o abrigos de Angela. Y esto sin contar la confección externalizada, que fue mucha. También se hicieron a mano las pajaritas del chaqué blanco, o se tiñieron la mayoría de jerseys de Alfredo Castro (hasta 3 veces) para darle pátina y dar con el color correcto. Uno de ellos se lo tuvo que poner medio mojado aún, porque hasta la noche anterior buscamos el naranja perfecto. A Alfredo le gustó tanto que no quiso ponerse la opción B, y se lo puso mojado. 

Fue tal cantidad de riesgos los que corrimos que solo puedo estar agradecido al equipo y al casting.

  1. En tu opinión, ¿qué tan fundamental es el vestuario para construir la identidad de los personajes de Claudia y Flavio y cómo afecta a la percepción de la audiencia?

En este caso, y más que nunca, creo que el vestuario ofrece però también cohesiona ideas más allà del vestuario. Por ejemplo, mantiene a los intérpretes en un lugar que en cuanto entran los números musicales, el contraste visual hace que no sea tanto entre una escena y otra.

Además, el imaginario creado para los protagonistas nos ayuda a percibir como entienden el mundo. Un mundo bello, complejo, a veces incómodo. Son dos personas que fueron intérpretes legendarios del teatro catalán, que han convidido toda la vida rodeados de propuestas artísticas y creadores, por lo que no es tan loco pensar que podían vestir de forma muy libre. 

Puede que el vestuario genere al espectador cierta intriga, pero no podíamos bajar el listón de dos personajes tan complejos, que son capaces de reflexionar de forma tan serena sobre la muerte. Creo que una estética compleja va en relación con gente compleja, reflexiva, e incluso atrevida. Y eso es de lo que va la película. 

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