Nuestra finalidad constante sigue siendo facilitar el trabajo a los figurinistas y aumentar la calidad (y no sólo la cantidad) de nuestro stock.

Nuestros talleres no han dejado de funcionar en todo el año y todo nuestro equipo se vuelca a diario para conseguir estos objetivos.

Uno de nuestros últimos proyectos ha sido la composición de un gran abanico de prendas de pueblo de entre 1650 y 1750 compuesto de faldas, blusas, delantales, enaguas, cuerpos, pantalones, casacas, chalecos… Durante la investigación hemos trasladado nuestro moodboard unos siglos atrás, seleccionado los tejidos y siluetas más adecuados, trabajando en gamas de color y varios procesos de ambientación para dar a las prendas recién confeccionadas l’allure necesario de la pequeña y gran pantalla.




Ha sido un proceso largo y extremadamente gratificante. Los resultados han sido magníficos y quedan ya a vuestra disposición en nuestras instalaciones deseando que pronto muchos personajes les puedan dar vida.